4 ene 2014

La nueva Ley de Seguridad Privada y los periodistas


Han pasado ya algunas semanas desde que se aprobó el proyecto de Ley de Seguridad Privada en el Congreso de los Diputados. Afortunadamente, el debate se ha enfriado poco a poco y otros asuntos han pasado a ocupar el interés de la ciudadanía, apartando el foco de la opinión pública sobre el sector de la Seguridad Privada y centrándose en otros asuntos quizá más importantes.

No es que el debate en sí sea pernicioso. El problema viene cuando el mismo se hace partiendo de premisas equivocadas, lo cual lleva, indefectiblemente, al equívoco del ciudadano no avisado respecto a la nueva Ley de Seguridad Privada, ciudadano que como norma general sólo cuenta con los medios de comunicación mayoritarios para informarse.

La discutida norma, que probablemente entrará en vigor a principios del recién estrenado año, cuando cumpla con el último trámite de su aprobación en el Senado y sea finalmente publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ha salido adelante en el Congreso con los votos a favor del PP, PNV y CiU. PSOE e Izquierda Plural han votado en contra de la aprobación de la misma.

Este proyecto de Ley de Seguridad Privada ha suscitado reacciones adversas entre diversos colectivos: desde movimientos sociales, partidos políticos, sindicatos policiales, asociaciones profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sindicatos de clase..etc.

Este rechazo por parte de algunos sectores de la sociedad y las críticas vertidas en los medios de comunicación por estos colectivos -cuando no sirven exclusivamente de pretexto para desprestigiar un sector como el de la Seguridad Privada y tapar así sus propias carencias- , está dentro de lo que podemos entender como “parámetros de normalidad” en una sociedad democrática como la española.

Pero si bien lo anterior es aceptable en el juego democrático, donde diferentes actores de la sociedad pugnan por la defensa de sus intereses, la sorpresa (desagradable) ha venido de lo que hemos venido llamando en los últimos tiempos “el cuarto poder”, por la manera que han abordado la noticia y el escaso respeto a los principios rectores de su profesión.

La falta de rigor y de profesionalidad que ha tenido el colectivo periodístico tratando este asunto, nos ha dejado a todos los que nos dedicamos a la seguridad en España con un intenso malestar por la ignorancia palmaria que han demostrado los periodistas en los programas de televisión, radiofónicos y, sobre todo, en las tertulias televisivas donde han hecho gala de una ignorancia supina del tema que estaban tratando.

Y lo peor de todo es que los periodistas, debido al poco compromiso con la ética profesional mostrado y la desidia en la búsqueda de fuentes fidedignas a la hora de elaborar la información, han hurtado a la ciudadanía la posibilidad de debatir sobre si la nueva Ley de Seguridad Privada es necesaria, conveniente, mejorable, acorde a los nuevos tiempos…

Sólo cuando la nueva Ley de Seguridad Privada sea aprobada, se concreten sus preceptos por el reglamento correspondiente y lleve un periodo de tiempo razonable en vigor, sólo entonces, las dudas que ahora nos suscita la Ley podrán ser resueltas.

Para entonces, esperemos que el colectivo periodístico, tan importante y necesario en nuestra sociedad, sean más cuidadosos y traten con objetividad y distanciamiento un asunto tan sensible para decenas de miles de profesionales que se dedican a la Seguridad Privada en España.

Saludos